En su tiempo uno de los hombres mas respetados de la aldea de Langtang ha dejado este mundo de una manera muy trágica, a la edad de 85 años. Norsang fué también uno de los supervivientes del terremoto de 2015.
Siento la necesidad de dedicarle un homenaje ya que las personas/excursionistas que han tenido la fortuna de pasar tiempo con él lo recordarán con una sonrisa sincera y seguro que podrán sentir que han compartido algo importante de la vida, la sinceridad y la humanidad, igual que yo lo hice en su momento. Sí, era ciego desde hace una década y también sordo, pero podía expresar sus sentimientos y transmitir energía buena y positiva haciéndote siempre sentir a gusto y cálido a su alrededor.
En sus tiempos era una especie de Lama (Monje) especial. Los aldeanos lo necesitaban si tenían que realizar un ritual espiritual o cualquier ceremonia especial. También se ganaba la vida como agricultor. Su esposa era ciega y recuerdo que no podía caminar y él era su cuidador. Nunca tuvieron hijos. Cuando yo era pequeña junto con mis hermanas solíamos ir a su casa a pedir algo de comida, ya que muchas veces no teníamos en nuestro hogar. Fué siempre muy amable y cuando supimos lo gentil que cuidaba a su esposa discapacitada, nuestra admiración por él fue mayor.
Después del desastroso terremoto de 2015 que se llevó a todo el pueblo dejando pocos supervivientes, Norsang perdió a su esposa y a casi todos los familiares y la casa donde vivía. Más tarde lo trasladaron a Kyanjin, un pueblo vecino, con otros ancianos supervivientes. Allí vivía en su cabaña de piedras hasta ahora.
Después del desastre, la mayoría de aldeanos estaban perdidos emocionalmente y cada uno trataba de recuperar lo que podía de los escombros y estaban muy ocupados tratando de reconstruir sus casas y sus vidas. Nadie tenía tiempo para los ancianos sin familia. Recuerdo que Norsang y otros mayores nos decian que viven siempre con la memoria de las personas que se han ido (pienso que su mente se ha quedado viviendo en el pasado). Todos son extremadamente fuertes y han vivido mucho en sus vidas, pero detrás de esas fuertes máscaras hay una frágil soledad. Necesitan a alguien con quien hablar y que les escuche de verdad, para sentir que son parte del presente también y que así no quieran marcharse antes de tiempo.
A esta soledad se le suma la dificultad para realizar los trabajos diarios. Buscar leña, cocinar, ir al baño o incluso dormir se convierten en tareas muy difíciles. Imaginad que viven en una montaña alta, de unos 4.000 m, con todos los inconvenientes que eso supone cuando eres viejo, con dolores de huesos, ciegos y sordos.
Hace apenas una semana, Norsang no aguantó más y se quitó la vida en el río. Es trágico para todo el pueblo y también una especie de vergüenza. Hoy estamos muy ocupados en nosotros mismos y los nuestros. Nos olvidamos de hacer una pausa y escuchar, simplemente no pensamos que pueda haber gente solitaria o estamos tan metidos en nuestros problemas que lo ignoramos. Algunos piensan incluso que esos viejos son una carga.
Durante la visita a Langtang en 2017, nuestros amigos de Bolzano de la Asociación Jule & Namaste pasaron un tiempo con Norsang. La sabiduría de vida y las experiencias que logró tranmitir hicieron que los integrantes de la asociación pensaran una manera de ayudar a estas personas mayores necesitadas. De ahí salió el Proyecto Ancianos para proporcionar comida, ropa y otras necesidades urgentes para los ancianos de Langtang. Nuestros amigos están profundamente conmovidos por la desaparición de Norsang de esta manera y piensan que aún podemos hacer más para intentar que no vuelva a ocurrir algo así…
Siendo de Langtang y crecido en el Himalaya de Nepal, puedo decir de primera mano que existe el problema de la salud mental entre las gentes de la montaña. Algunas personas pasan por momentos difíciles y sufren problemas de frustración y depresión. La mayoría encuentran consuelo en la religión (aquí no existen los psicólogos), pero algunos toman el camino del alcohol y en alguna ocasión ocurre que no pueden más y se quitan la vida. Norsang no era alcohólico, simplemente no tenía fuerzas para seguir peleando solo.
La mayoría de las veces, la gente idealiza la vida en la montaña de Nepal. Piensan en gente fuerte, llena de espiritualidad y gran sabiduría, pero también hay situaciones difíciles que no se ven a primera vista, y solo los que tienen tiempo para pararse a escuchar pueden conocer realmente.
Éste post pretende ser una despedida cariñosa para Norsang y los que cómo él han desaparecido en estos años tan difíciles…
OM MANI PADME HUNG.
Y pretende ser también una reflexión para hacer más caso a nuestros ancianos ya que ocurre lo mismo en todo el mundo.
Este suceso nos reafirma en la idea de seguir trabajando con los ancianos de Langtang como llevamos haciendo ya hace años desde Mendo Family Foundation junto a Julé & Namasté, nuestros amigos indispensables de Bolzano que nos entregan siempre todo su esfuerzo de corazón.